Terapia de pareja ¿Sirve de algo?

No todo es perfecto en un matrimonio/pareja. En ocasiones, surgen grietas en la relación que la van deteriorando paulatinamente. Por ello, es importante encontrar soluciones que vuelvan a unir a los miembros de la pareja.






Cuando la relación empieza a deteriorarse y se piensa seriamente que no se aguanta más y no se ve salida, es el momento en que frecuentemente la pareja se plantean la posibilidad de que alguien ajeno y profesional pueda echar una mano.
En estos casos, muchas personas recurren a los psicólogos especialistas para realizar una terapia de pareja que fomente su comunicación y les ayude a superar problemas graves que se dan en su relación.

Una terapia como esta, fomenta la comunicación y sinceridad entre la pareja. A veces el problema de la pareja es que no se escuchan o simplemente evitan decir lo que piensan. Esto se acumula hasta crear un clima verdaderamente inhabitable. En estos casos, una persona que medie entre los dos es de mucha ayuda, ya que ayudará a que cada uno sea sincero con el otro a la vez que respetuoso.

Por otra parte, ambos sienten que están luchando por sacar a flote la relación cuando asistan a terapia y el reconocimiento mutuo de este hecho hará florecer la consideración entre los dos. Además, una actividad nueva como esta romperá la rutina que quizás también haya formado parte del deterioro de la relación.

 
La terapia de pareja es cosa de dos. Aunque normalmente es uno el que da la voz da alarma; el otro, al menos, tiene que estar dispuesto a colaborar. Para aumentar la efectividad ambos miembros de la pareja tienen que estar de acuerdo en implicarse en la intervención. 

¿Que hacer si un miembro de la pareja no quiere?

A la hora de acudir a la terapia, lo hacen más fácilmente las mujeres, porque tienen una mayor facilidad y capacidad para compartir sus sentimientos y emociones y también para pedir ayuda. Sin embargo, una vez iniciada la terapia, cuando se rompen las primeras barreras, el hombre está tan interesado como la mujer, de hecho la dependencia emocional del hombre hacia su pareja suele ser mucho más grande que la de la mujer.
Hacer comprender al miembro de la pareja reticente que es algo importante para nosotros, suele ser un buen comienzo.
De no ser así, el miembro de la pareja que ve el problema todavía puede acudir al profesional, que podrá ayudar aunque, lógicamente desde la perspectiva individual de cómo le afecta y afronta él/ella personalmente su problema de pareja.

Modalidades de la terapia de pareja

Existen diversas modalidades dentro de la terapia de pareja. Una es abordarlo de manera particular; en la que sólo están la pareja y el psicólogo/a. Se suele dar en consulta de una manera discreta y personalizada a los planteamientos de dicha pareja; que intentan descubrir los verdaderos problemas que existen en ella para intentar ponerles remedio.
Otra opción es la intervención grupal, donde las parejas se escuchan las unas a las otras y hacen una puesta en común de sus problemas. En este tipo se intenta que, en base a la comprensión de los problemas de otros matrimonios, analicen y comprendan los suyos propios. 

¿Ha aumentado el número de parejas que solicitan estos servicios? 

Efectivamente, hay un aumento de manera substancial en los últimos años. Entre los factores que influyen está el hecho de que se ha avanzado muy positivamente en la libertad para plantear las quejas en la pareja, y que la terapia de pareja ha demostrado su eficacia en los últimos años y se tiene cada vez más confianza en la labor profesional de los psicólogos.

¿Cuál es la efectividad de este recurso?

Los datos indican que la gran mayoría de las parejas que acuden a terapia, alrededor del 75% informan de una mejora en la satisfacción matrimonial.

Sin embargo, la terapia de pareja puede no resultar siempre exitosa. El principal fallo es que se acuda al profesional cuando ya no hay solución. Cuando se acude presionado por el otro miembro de la pareja, para que no se diga que no se ha probado de todo, o cuando ya se está plenamente convencido de que no se quiere seguir con la relación... la efectividad es logicamente menor.


Es verdad que la mayoría de las parejas que acuden a MARGIL Psicología para seguir una terapia de pareja ya están muy deterioradas. Acuden a veces, demasiado tarde.
La posibilidad de la separación está siempre ahí presente, sin embargo, no se realiza porque es muy dolorosa, porque hay hijos pequeños de por medio... Hemos tenido casos en los que la pareja se convence de que la separación es la mejor vía, y entonces, ayudamos a realizarla de la forma menos traumática posible. Debemos entender que el éxito terapéutico consiste en que las personas sean felices y tengan calidad de vida, y en ciertos casos, la separación, aunque dolorosa, es el camino.

¿Cuáles son las causas más frecuentes de los problemas de pareja?

El fallo en la comunicación es el más frecuente. Engancharse en discusiones inútiles y destructivas en las que se hace sufrir y se sufre tremendamente sin llegar a ninguna solución. También puede ocurrir lo contrario, no se hablan ni se comunican y la relación va muriendo. La vida laboral frenética que se lleva, contribuye tremendamente a ello.
Otro problema frecuente pueden venir derivados de los celos obsesivos o de la infidelidad de uno a ambos miembros de la pareja.
También podemos encontrar parejas con problemas de convivencia o problemas con la familia de origen, falta de aceptación de las peculiaridades del otro, insatisfacción sexual, dependencia emocional, la rutina y aburrimiento en la relación de pareja...

¿Cómo se desarrollan las sesiones? 

La terapia supone que cada uno tiene que hacer cambios en su comportamiento, que es la vía para lograr un progreso interior profundo. Hay que tener en cuenta que la terapia la hacen los pacientes, y no el terapeuta. Por lo que la duración de las sesiones depende de ellos. A veces basta con un par de sesiones para poner las cosas en su sitio, otras veces se necesita una intervención más profunda y prolongada en el tiempo. La duración de cualquier terapia depende del problema que exista de base, de la predisposición de las partes implicadas, de lo que cueste a nivel individual hacer ciertos cambios...
Los cambios son de comportamiento, por lo tanto no se trata solo de hablar, hay que poner en práctica lo necesario para poder convivir y disfrutar uno del otro. Un ejemplo muy frecuente es enseñar a la pareja como discutir, qué se puede decir y cómo, lograr no callarse nada, pero sin hacer daño al otro. Aprender a plantear problemas de forma que se llegue a soluciones y no a discusiones estériles. Esto tiene su técnica y se aprende en las sesiones de terapia y se practica en casa

Las sesiones suelen ser de mayor duración que las sesiones individuales (por lo general, hora y media), lo que las hacen sensiblemente más costosas. Se trata de trabajar en conjunto, pero también de manera individualizada, por lo que es necesario mayor tiempo de intervención.

El amor es un componente esencial de la relación de pareja, pero el desarrollo de una relación plena y satisfactoria, requiere ciertas habilidades que es posible adquirir. 

 

María Álvarez Gil - Psicóloga Colegiada Nº O-02349
MARGIL Psicología

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